tic tac, acabas de destrozar tu reloj.

Me he convertido con un simple gesto en el responsable de tu felicidad, no puedo ser maestro en todo, pero va todo hacia mi cabeza, el miedo paraliza mi cerebro cuando me sorprendes con palabras nunca oídas para mi, asustado por todo, seguiré el camino de complacer tu estancia, y hacer de agrado este viaje en el que embarcas, donde el tiempo no pasa.

No elegimos, creamos.

Que tu vida te de palos hasta que te duela mirar hacia adelante no significa que estés mirando en mala dirección, nadie eligió nacer, nadie eligió que le gustara las matemáticas, que estés mal porque tu vida es una mierda o que no encuentres a alguien no significa que se acabo lo que se daba.
Exprésate, llora cuando lo necesites, ríe mientras puedas y no lo digo yo, te lo dice tu cuerpo, si algo te gusta, lucha por ello, si has cometido un error, aprende a pedir perdón, cada acto tiene una consecuencia, tanto para lo bueno como para lo malo. Aprende, sufre, alégrate, llora, grita, pero sobre todo, expresalo, no lo encierres, no lo dejes bajo llave, muestralo, se quien eres. Forma el camino con campos de flores, con casas en llamas, con familias destrozadas, con reencuentros amorosos, con perdidas sentimentales, crea tu pueblo, para que cuando llegue la hora de irte, seas recordado con una estatua mental de aquellos a los que ayudaste a encontrar la felicidad.

Corran, corran, corran, pequeños juguetes sangrantes, nunca es suficiente y buscan la cuchilla apoyada en su cuello. ¿Acaso no saben el color de su sangre? Da igual solo quieren un poco mas, el dolor de la gente a los cuales fueron desgarrados, alimentan a los lobos que conocen el sabor de la sangre amarga. ¿Acaso quieres ver  mi rabia transformada en venganza? Corto, sangras, pero tu mirada sigue acechándome, aplasto, entierro, pero tu voz sigue quebrandome, vamos dame un poco mas de tu sonrisa tapada, cumple con mi redención.

¿TENGO?

Tengo clavadas tus palabras con lápiz de fuego en mi piel, sangrantes heridas que hacen un charco de sangre. ¿Ves acaso que he dejado de sonreír?
Tengo frió en mi cuerpo por las noches porque ya no estas para darme calor ¿Ves acaso una lagrima caer en la almohada?
Tengo los pies descalzos porque lo mio era tuyo y lo tuyo lo rechazaba ¿Ves acaso quejarme del suelo ardiente?
Tengo la mente desviada hacia el suelo, hacia los quitamiedos de las autopistas. ¿Ves acaso un intento de huir?
Tengo que llegar hasta el final. Tengo que llegar hasta el horizonte. Tengo que ir hasta donde los pies me lleven. Tengo dolor. Tengo tristeza. Tengo sangre en mis ojos. Pero tengo que seguir hacia adelante.