jueves, 3 de abril de 2014

El gran azul.

¿Dónde dejarían los fantasmas sus gafas para asustar al malvado? El malvado creció con gran fuerza conforme se acercaba a nuestra mirada, y cuanto mas cerca estaba mas grande era, para cuando llego las gaviotas pusieron en el cielo su cántico y su estruendo levanto el suelo. Nos engullo con su gran boca sin dientes, encerrándonos en su cueva. Su fuerza es devastadora, nos quita la vida poco a poco y nos lleva a su gran salón al fondo de su casa, para siempre pertenecer a su cuadro.